A veces me ataco y desarrollo amores incondicionales hacia objetos materiales.
Hoy, un pantalon. Pero no es cualquier pantalón, es un señor pantalón. Me lo compre hace un tiempo pero todavía no estaba fresco como para usarlo y necesitaba un ruedo -detesto hacerlo pero hoy a la mañana a as apuradas lo hice (he desarrollado varias técnicas interesantes para que quede y no me lleve mucho laburo, a veces me sorprendo en que pelotudeces gasto mi tiempo).
Y me lo puse, a que felicidad. El Sr. -xq es un Sr. pantalón- viene a reemplazar a otro amado. Por este último estuve de duelo casi 4 años, ya no daba más pero yo lo seguía usando y usando ... Era hermoso; azul profundo, ancho, cómodo, con bolsillos. Y lo más mejor, la tela. La tela era un algo que mi madre dió en llamar piel de durazno y yo adopte.
Cuando vi que mi amado iba en baja, comence la busca de uno nuevo. Recorri y recorri, sin suerte: 'no esa tela ya no viene', 'no ese corte no esta de moda', etc., etc., etc.
Pero yo no claudique y segui adelante en mi cruzada por encontrar a mi nueva piel de durazno.
Y como el que busca encuentra -reconozco que soy maniatica- obsesiva- en diciembre lo encontre. Era una locura, en pleno diciembre probandome este Sr. que no era de esa estación pero no podia perder la oprtunidad.
Encima había pasado varias veces por esa casa y nunca lo había visto, terrible.
En fin, como toda historia de amor tiene un final feliz xq hoy me puse mi nueva piel de durazno y el mundo fue distinto.
Es que todo es distinto cuando tanta suavidad te acompaña.
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